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Yo Robot

25-05-2023

Yo Robot

El miedo a perder el empleo frente al avance tecnológico, pues, no empezó con ChatGPT, el popular‘chatbot’ de OpenAI. Ha sido, más bien, un compañero ­ constante de la evolución científica y de las mejoras productivas a lo largo de siglos. ¿Qué lecciones podemos sacar de los ­ anteriores saltos tecnológicos y qué ­ diferencias hay con el actual reto que plantean los LLM (‘modelos grandes de lenguaje’, por sus siglas en inglés) y otros de ­ aprendizaje profundo?

Lo primero es que, si la historia rima, lo que debería esperarse es un proceso ­ relativamente rápido de adopción ­ tecnológica -esta vez global- que reconfigure los cuestos de trabajo y a los ganadores de os próximos años. Estas disrupciones son capaces de demoler estructuras con ­ décadas de dominancia en pocos años. Ninguna de las diez empresas más grandes cotizadas en la bolsa de valores de Nueva York, por ejemplo, estaba en esa lista hace 50 años -de hecho, la mayoría ni existía-. La masificación de los teléfonos inteligentes, por mencionar un caso emblemático, borró del mapa ­ general la necesidad de cámaras fotográficas amateur, de reproductores de audio y otras de otros dispositivos; a la vez, sin embargo, generó un enorme ecosistema de programadores, financistas, académicos y visionarios enfocados en desarrollarla siguiente ­aplicación para celular revolucionaria.

Al inicio es muy difícil prever dónde ­ estarán los siguientes trabajos luego de una gran disrupción tecnológica, pero lo usual es que estos sean de mayor productividad al tener a la máquina como complemento de la ­ persona, no el reemplazo.

Lo segundo es que, inevitablemente, ­ actividades de hoy resultarán obsoletas y no ­ todos los trabajadores estarán en condiciones de adaptarse al cambio, aún con un esfuerzo serio de capacitación. En EE.UU., la ­ evidencia del impacto negativo de la ­ automatización (además de la migración de fábricas a países como China) sobre la población trabajadora de ciudades industriales del Medio Oeste es abundante.

En neto, los cambios tecnológicos que ­ elevan la productividad son siempre positivos para la sociedad en su conjunto. De hecho, son nada menos que el principal motor del ­ crecimiento económico y del desarrollo global a lo largo de los siglos. A la vez, una atención adecuada sobre la población en riesgo de ­ vulnerabilidad por el cambio tecnológico es una política sensata. En la teoría, los beneficios que reciben los ganadores del nuevo arreglo productivo deben ser más que suficientes ­ para compensar a los perdedores. En la práctica, implementar un acuerdo de esta naturaleza es sumamente difícil, y no siempre justo.

Finalmente, hasta dónde llegarán en los próximos años las habilidades de la ­ inteligencia artificial es algo absolutamente imprevisible e invita a una cautela que ­ excede por largo las preocupaciones sobre el mercado laboral. Por lo pronto, a diferencia de anteriores saltos tecnológicos, esta vez serían empleos profesionales los que ­ terminarían desplazados: programadores, administradores, financistas, publicistas, etc. Las habilidades de los nuevos ­ programas son impresionantes. Por otro lado, ­ robots para tareas domésticas multifunción y de servicios-desde preparar comida hasta servir café- todavía resultan torpes y ­ sumamente costosos. La evolución humana tiene millones de años de ventaja encima en lo que respecta a estas habilidades. Pero una inteligencia multifuncional-algo que hasta poco parecía improbable-ya no es más un escenario de la ciencia ficción.

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