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Ciudad gris, ciudad verde.

14-07-2025

Ciudad gris, ciudad verde.

Por: Mirbel Epiquién

 

El año 2013 dos científicos surcoreanos de la universidad de Yonsei; Jee-Yon Lee y Duk-Chul Lee, publicaron un artículo científico que demostraba los beneficios cardíacos y pulmonares de mujeres adultas mayores al caminar al interior de un bosque en comparación al de caminar en la ciudad.

 

Jee-Yon Lee y Duk-Chul Lee no habían encontrado algo inaudito, solo habían demostrado como es que se comporta el cuerpo humano al entrar en contacto con la naturaleza; incremento de la capacidad inmunitaria, reducción de los niveles de la hormona del estrés, mejor funcionamiento pulmonar, reducción de la rigidez arterial (control de la presión) e incremento de la dopamina, que brinda relajación y placer en nuestro cerebro. Sí, la naturaleza cura, no solo el alma, también el cuerpo.

 

Países asiáticos y europeos hace mucho tiempo que saben de este fenómeno natural y por ello diseñan e implementan sus políticas de crecimiento urbano en donde la naturaleza juega un rol clave. Solo un árbol puede succionar al día unos 100 gramos de CO2 y producir 300 gramos de oxígeno, lo suficiente para que una familia de 4 personas pueda hacer su vida normal. A veces olvidamos que nuestra existencia en las ciudades depende de la presencia de vegetación, sobre todo de los árboles. Es en ese sentido que quiero referirme a un aspecto poco valorado en el debate público sobre el crecimiento urbano de nuestras ciudades.

 

El cemento, un material tan importante y demandado por la gente para lograr consolidar su beneficio familiar está ganando la batalla en las ciudades, toneladas de cemento ocupan hoy áreas que antes ocupaban huertas, bosques o campos de cultivo. No se puede exigir a los ciudadanos a que puedan implementar huertas en sus casas, en el mercado inmobiliario vale más un metro cuadrado con cemento que tenerlo con una plantita de achiote, por dar un ejemplo. Es por ello que la responsabilidad de tener áreas verdes en las ciudades para el beneficio colectivo es de la autoridad municipal.

 

En Chachapoyas, nuestra ciudad, el crecimiento urbano y su rentabilidad están dejando de lado aspectos tan vitales como los espacios públicos. Solo hay tres o cuatro pequeños parques que en gran parte están cubiertos por cemento. Quizás el hecho de vivir rodeado de montañas nos haga olvidar que necesitamos espacios verdes, con hierbas y árboles donde los niños puedan correr, donde los mayores puedan relajarse y conversar, donde las parejas puedan enamorarse y donde podamos tomar una agradable siesta que nos devuelva la energía para regresar al trabajo. Cosas tan básicas y baratas que nuestras autoridades no toman en cuenta por andar pensando en el perfil y el expediente de tal o cual obra de cemento.

 

Propongo, dado que nos encontramos en meses electorales, que afloren las ideas para que los chachapoyanos puedan contar con al menos un parque natural en la ciudad. Un parque donde los árboles sean los protagonistas, con áreas para trotar, manejar bicicleta, para que los niños puedan rodar en la hierba y los viejos puedan tomar el sol mientras la brisa fresca de la tarde les llena de vida. No es difícil, solo se necesita de una clara visión de interés colectivo.

 

La municipalidad puede comprar terrenos aún disponibles al interior de la ciudad y convertirlo en el gran parque natural que Chachapoyas necesita. Esta política de salud y bienestar social unida a otras similares como el de convertir pequeños espacios libres en pequeños jardines y microparques vecinales podrían convertir a Chachapoyas en muy pocos años en la mejor ciudad del Perú, ya no solo por su tranquilidad, seguridad y arquitectura, sino porque ha pensado en la salud de sus habitantes a través de una política de desarrollo urbano integrado con la naturaleza. ¿A ver qué candidato(a) se atreve a asumir el reto?

 

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